viernes, 18 de julio de 2014
"El legado Prerrafaelita: Arte y Diseño británico"
Como herederos artísticos del "Arts & Crafts" a la Fundación no le pasan desapercibidos acontecimientos históricos y culturales que pongan de manifiesto este legado de lirismo, simbolismo y creatividad. Por este motivo hoy nos hacemos eco de la muestra que recoge el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Esta exposición reúne una treintena de objetos de todo el museo y de colecciones privadas locales más destacadas para la segunda generación de los prerrafaelistas, centrándose en las figuras claves Edward Burne-Jones, William Morris y Dante Gabriel Rossetti.
Pinturas, dibujos, muebles, cerámica, vitrales, textiles, e ilustraciones de libros a partir de la década de 1860 a través de la década de 1890, muchos se unieron por primera vez, demostrar el impacto perdurable de los ideales prerrafaelistas como fueron adaptados por diferentes artistas y desarrollado a través de una gama de medios de comunicación. En un momento de renovada apreciación por el arte de la era victoriana, la instalación dirige la atención hacia participaciones fresco poco conocidos de la Metropolitana en esta importante área.
Influenciado en gran medida por los escritos de John Ruskin, gran defensor del movimiento Prerrafaelita, Félix Granda encontró en sus ideales y en el pensamiento que Ruskin y William Morris habían desarrollado en torno a la artesanía el sustrato sobre el que fundaría sus Talleres de Arte.
miércoles, 16 de julio de 2014
La pieza del mes: 100 años de la custodia de la Adoración Nocturna de Madrid
Custodia para la Adoración Nocturna de Madrid - 1914. Talleres de Arte - Director Félix Granda. Archivo Fundación Félix Granda. |
Cien años atrás, en el Madrid del mes de julio de 1914, en los días en que llegaban las noticias lejanas sobre los sucesos que pronto desencadenarían la Gran Guerra en Europa, tenía lugar en los jardines de los Talleres de Arte de don Félix Granda y Buylla una agradable fiesta veraniega. El motivo de la reunión era la entrega de las joyas y metales preciosos que la Adoración Nocturna había recabado para construir una custodia, y que se contarían y fundirían a lo largo de la tarde ante los asistentes.
La descripción del histórico momento que hizo "El Siglo Futuro", en sus páginas del 6 de julio, es particularmente evocadora. El corresponsal, que asistió personalmente al evento, traslada al lector a aquel palacete, el Hotel de las Rosas, situado en el Paseo Izquierdo del Hipódromo, de tal manera que parece que cruzamos junto con los demás invitados el umbral de la verja que da paso al frondoso jardín. Prácticamente recién instalada, los invitados encuentran al entrar la fuente que perteneció a Francisco de Goya, y que Félix Granda adquirió en 1913. Quizá, dentro de la casa, esperan ya D. Miguel Bosch, el último de los fundadores de la Adoración Nocturna que seguía con vida, y el notario, el Sr. Arizcun, que levantaría acta de la entrega. D. Félix Granda, sus hermanas y su madre reciben a los recién llegados:
"Invitados por nuestro buen amigo don Andrés Maldonado, tuvimos el gusto de asistir ayer tarde á una hermosa fiesta celebrada en los Talleres del Arte, instalados en la casa del gran artista D. Félix Granda y Buylla, simpático y virtuoso sacerdote que los dirige.
La Adoración Nocturna (sección de Madres) abrió una suscripción para construir una Custodia, y fueron muchas las personas que para tal fin regalaron joyas y monedas de oro. La fundición del precioso metal de todos estos donativos, presenciada por el notario Sr. Arizcun, fué la causa de la fiesta de ayer, á la que concurrieron numerosas y distinguidas personas.
Uno de los concurrentes era el único superviviente de los siete fundadores de la Adoración Nocturna, D. Miguel Bosch."
Entrada al Hotel de Las Rosas, sede de los Talleres de Arte, desde el Paseo Izquierdo del Hipódromo (hoy Agustín de Bethancourt). C. 1910. Archivo Fundación Félix Granda. |
"Se inventariaron después las monedas que eran: cinco de 100 pesetas, 41 de 80, una de 50, nueve de 40, 206 de 25, 57 de 20, 77 de 10, cuatro de 12,50 y 42 de cinco, más las 20 monedas de cinco duros, primer donativo recibido.
Estas monedas fueron llevadas al csisol por todos los asistentes, siendo la primera depositada por el general del Bosch.
Cuando terminó la fundición da todo el oro entregado se pesaron los lingotes, que dieron un peso total —joyas y monedas— de 8 kilos y 643 gramos, cantidad de oro que, según afirmaba el fundidor, jamás había llegado á fundir él de una vez, ni cree que se haya fundido nunca en España, de no ser en la Casa de la Moneda.
Al verter el oro del crisol en el molde, el presidente de la Adoración pronunció un «Alabado sea el Santísimo Sacramento», al que todos los asistentes, descubiertos, respondieron con un «Por siempreLas donaciones, sin embargo, no habían finalizado, recibiéndose en aquel momento "un estuche que contenia una cadena de oro, una gruesa amatista, alfileres de brillantes y otras piedras y alhajas que se valuaron en unas diez mil pesetas", acaso aportación del propio anfitrión y su familia. En total, se había logrado recabar en metálico treinta y siete mil pesetas, además de alhajas y piedras preciosas cuyo valor se estimaba en sesenta y tres mil pesetas.
sea bendito y alabado»."
Finalizada la fundición, los asistentes recorrieron los edificios que conformaban los Talleres de Arte, como era costumbre que hicieran todos los que visitaban la empresa, finalizando con una merienda en el frondoso jardín:
"El Sr. Granda, en cuyos talleres trabajan 120 obreros, á los que personalmente dirige, enseñó después la hermosa casa y los talleres á las personas que allí se encontraban, pudiendo admirar todos
la riqueza y gusto con que todo está instalado y las obras valiosísimas que actualmente
se realizan, especialmente objetos de plata repujada, de un inestimable valor artístico.
(...)
La respetable madre del Sr. Granda, las hermanas de este gran artista y varias señoritas hicieron los honores á los invitados, sirviéndoles en el jardín de la casa un suculento lunch y una riquísima sidra champagne."
La custodia que diseñó D. Félix Granda para la Adoración Nocturna era de una belleza, riqueza y novedad excepcional, que incorporaba en su diseño ecléctico elementos de estilo modernista. Estaba ubicada sobre un trono o expositor, también ricamente decorado. Se encontraba cargada de significados iconográficos, a veces de gran complejidad, que resulta sin embargo fácil descifrar gracias a haberse editado en su día un folleto en el que se recogía la carta explicativa del diseño que don Félix Granda envió al Sr. Maldonado. Diría Granda en este texto:
"Ha querido la Adoración Nocturna que con todas las ofertas, ricas y pobres, hiciese un trono para Cristo que fuese humilde obsequio de su amor; por lo tanto, en mi composición es un solo objeto el trono y la Custodia; deplata y piedras preciosas aquél, y ésta, como sitio que está más cerca de Él, como escabel de sus pies, de oro más finamente labrado y de más ricas piedras.En la base de la custodia, formando el que quizá sea el elemento más excepcional de la composición, se distribuyen en tres gradas los veinticuatro Ancianos del Apocalipsis, que postrados, arrodillados y en pie ofrecen respectivamente las riquezas y el poder, simbolizados por coronas, las ciencias y las artes, simbolizadas por cítaras y las oraciones, representadas por pebeteros llenos de incienso. Las volutas de humo que surgen de los pebeteros ascienden hacia el viril conformando el fuste de la custodia, atraviesan una esfera estrellada (el orbe del universo) y rompen en una gran nube sobre la que un coro de ángeles y querubines conforman el arranque de la cabeza de la pieza, dispuestos simétricamente respecto al trono del Cordero. "Representamos en nuestra Custodia - dice Granda - los mundos como pedestal; los ángeles y querubes sostienen su trono y en su alrededor las nebulosas y las estrellas brillan y se mueven con movimiento elíptico; son los astros que su amor forma y sostiene su poder."
En el pedestal, como sitio más apartado, los recuerdos del Antiguo Testamento, y la alusión a la Adoración Nocturna.
En la Custodia, el Nuevo Testamento."
El viril, como ocurre en otras piezas de Granda, se halla rodeado de brillantes y perlas como imagen de la luz, símbolo de la Fe. En torno a ellos, un círculo de esmeraldas, cuyo significado por su color afirma Granda ser "que la misericordia de Cristo no envejece, sino que siempre es nuevo su amor y que los que esperan en Él no serán confundidos." La colocación de esmeraldas en torno al viril es también frecuente en Granda, si bien otras veces refiere que representan el arco de luz verde que rodea el trono en el Apocalipsis. Por último, un tercer arco de rubíes y granates simbolizan por su color rojo la Caridad. La custodia estaba finalmente coronada por una cruz patada de brillantes sobre un círculo de filigrana y rubíes. Bajo ella, el pelícano, símbolo de Cristo, alimenta a sus crías con su propia carne. Cinco piedras engastadas, posiblemente rubíes, representaban las gotas de sangre.
El modelo, con variaciones, fue repetido por Granda en otras piezas.
Custodia para la Adoración Nocturna de Madrid (1914). Detalle del pelícano y cruz que ciman la pieza. Talleres de Arte - Director Félix Granda. Archivo Fundación Félix Granda. |
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Bibliografía:
- "La custodia de la Adoración Nocturna de Madrid", El siglo futuro, año VIII, nº 2.902, 6 de julio de 1914, p. 2. Enlace al ejemplar en la Hemeroteca Nacional.
- GRANDA Y BUYLLA, Félix, Pbro., Custodia para la Adoración Nocturna, Talleres de Arte, Paseo Izquierdo del Hipódromo, Madrid, 1915.
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jueves, 22 de mayo de 2014
"Eucharistia", la nueva exposición de Las Edades del Hombre, cierra la muestra una gran pieza de D. Félix Granda
En boca del comisario de la exposición, D. Juan Álvarez Quevedo, gran
amigo de la FUNDACIÓN FÉLIX GRANDA, "ésta es una catequesis sobre el
principal de los sacramentos de la fe católica»
La muestra se divide en cuatro capítulos, como nos cuenta el Propio D. Juan en el video promocional para prensa: se basa en un recorrido por la historia de la eucaristía: su surgimiento como cena festiva y pascual, la idea de sacrificio y entrega (reflejado en figuras como la de Abraham y su hijo Issac o el maná del desierto), la institución de la misma por Jesucristo y las dimensiones esenciales que abarcan la celebración, el compromiso y la presencia real del cuerpo de Cristo.
La exposición se desarrollará en la capital de la Ribera en el quinto centenario de la conclusión de la fachada –de estilo gótico isabelino– de la iglesia de Santa María, que será sede de la muestra junto con la de San Juan, a escasos 100 metros, hasta el 10 de noviembre, cuando termine esta edición.
Desde la Fundación Félix Granda deseamos agradecer también a D. Juan Álvarez que haya querido cerrar la muestra con una pieza clave, el expositor y custodia realizada por D. FELIX GRANDA en 1928 y que de forma habitual corona las salas del Museo de la Catedral de Burgos.
Vídeo del pase de prensa previo a la inauguración
La muestra se divide en cuatro capítulos, como nos cuenta el Propio D. Juan en el video promocional para prensa: se basa en un recorrido por la historia de la eucaristía: su surgimiento como cena festiva y pascual, la idea de sacrificio y entrega (reflejado en figuras como la de Abraham y su hijo Issac o el maná del desierto), la institución de la misma por Jesucristo y las dimensiones esenciales que abarcan la celebración, el compromiso y la presencia real del cuerpo de Cristo.
La exposición se desarrollará en la capital de la Ribera en el quinto centenario de la conclusión de la fachada –de estilo gótico isabelino– de la iglesia de Santa María, que será sede de la muestra junto con la de San Juan, a escasos 100 metros, hasta el 10 de noviembre, cuando termine esta edición.
Desde la Fundación Félix Granda deseamos agradecer también a D. Juan Álvarez que haya querido cerrar la muestra con una pieza clave, el expositor y custodia realizada por D. FELIX GRANDA en 1928 y que de forma habitual corona las salas del Museo de la Catedral de Burgos.
Vídeo del pase de prensa previo a la inauguración
viernes, 25 de abril de 2014
Juan Pablo II, el Papa de la cultura
El siglo XX, escenario de tantas modificaciones que ha dado en llamarse el “siglo de los cambios”, no fue menos en el ámbito del arte y de la cultura. Como en tantas otras áreas, los cambios en este sentido habían nacido en el siglo XIX, en que el hombre comienza a tomar conciencia de la importancia del Patrimonio Artístico que sus antecesores crearon, pero es en el XX cuando se precipitan decisivamente. Después de una devastadora II Guerra Mundial en que el odio al diferente tuvo un gran peso específico, y como antídoto a los totalitarismos que borraban la cultura propia del individuo como método para borrar la esencia de su humanidad, se llegó a la reflexión de que precisamente la cultura era el camino para el encuentro y el entendimiento. No quedaba, en realidad, lejos de lo que Dostoievski había resumido admirablemente en la célebre frase de El Idiota: “la Belleza salvará al mundo”. Una frase que tiene que ver, y mucho, con la revolución (o mejor dicho, evolución) que Juan Pablo II introdujo en el concepto de arte y cultura en el seno de la Iglesia.
La formulación, o el descubrimiento, de esa forma de ver el arte y la cultura transformó también el modo de aproximarse a ellas. Es más fácil comprender este cambio de mentalidad ante el Patrimonio cuando se piensa en la evolución de los términos que usamos para hablar de él. Mientras que en el siglo XIX se hablaba de “tesoros” y “monumentos”, ponderando su calidad artística o técnica de forma acorde con la idea del “progreso de las civilizaciones”, el pasado siglo ve nacer el más amplio concepto de “bienes culturales”. Poco a poco deja de hablarse de “Patrimonio Histórico Artístico” para hablar de “Patrimonio Cultural”, un término que va más allá de los valores estéticos y meramente materiales de los objetos. Comienzan a valorarse otros aspectos que antes pasaban desapercibidos, e incluso se da nombre a lo invisible: “Patrimonio Intangible”. Valores invisibles, sí, pero que, más allá de las formas, constituyen la esencia de la Cultura. En la esfera de lo práctico, todo ello ha ido derivando en una mejor divulgación de nuestro Patrimonio, que resulta vital para su conservación.
Juan Pablo II fue el principal artífice de esta actualización de la perspectiva ante el arte y la cultura en el seno de la Iglesia. En el caso del Catolicismo, los cambios que trajo consigo el siglo cristalizaron en el Concilio Vaticano II, que ha marcado la hoja de ruta de la necesaria renovación de la Iglesia en nuestro tiempo. En torno a la cuestión que nos ocupa, el Concilio había subrayado la importancia de la cultura en el pleno desarrollo del hombre, así como el vínculo indisoluble establecido entre la fe y el arte a través de la Verdad. El trabajo de todos los santos pontífices posteriores ha sido, en gran medida, implantar las directrices establecidas por los padres conciliares, y en ese sentido Pablo VI dió los primeros pasos, pero fue Juan Pablo II quien verdaderamente emprendió las acciones para abordar un enfoque más adecuado ante la cultura.
En realidad, no se trataba de realizar cambios, sino de redescubrir el sentido que había tenido desde siempre el arte y la cultura para la Iglesia y de formularlo de manera clara y concisa. En su aproximación al tema, Juan Pablo II se apoyó en la explicación de cómo la cultura es inherente al hombre y necesaria para su pleno desarrollo, y cómo el mensaje del Evangelio, que está destinado a todos los hombres, penetra con naturalidad en cada una de las culturas que éstos desarrollan. Ese elemento trascendente es el denominador común de las culturas, como el Pontífice exponía en su encíclica Veritatis Splendor (1993): “No se puede negar que el hombre existe siempre en una cultura concreta, pero tampoco se puede negar que el hombre no se agota en esta misma cultura. (...) El progreso mismo de las culturas demuestra que en el hombre existe algo que las transciende. Este algo es precisamente la naturaleza del hombre: precisamente esta naturaleza es la medida de la cultura y es la condición para que el hombre no sea prisionero de ninguna de sus culturas, sino que defienda su dignidad personal viviendo de acuerdo con la verdad profunda de su ser”.
Con este pensamiento, Juan Pablo II sentó las bases del concepto de “inculturación”. De forma paralela al cambio en el ámbito civil desde el concepto de “tesoro artístico” al de “bien cultural”, que había permitido la consideración de expresiones artístico-culturales antes denostadas, la inculturación supone la dignificación de todas las culturas, en cuanto expresiones del modo en que la humanidad entiende el mundo que la rodea. En otras palabras, destaca la dignidad del hombre dentro de su propia cultura, en cuyo marco, por distinto que sea del resto de culturas, está llamado a la fe. Si el hombre no puede desarrollarse completamente sin la cultura, no puede tampoco vivir la fe disociada de dicha cultura. Diría el Santo Padre: “la síntesis entre cultura y fe no es sólo una exigencia de la cultura, sino también de la fe... Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida”[1].
La cultura, el arte en todas sus expresiones, están impregnadas, guiadas en último término, por una búsqueda trascendental. Son, en definitiva, las formas en las que el hombre se enfrenta a las preguntas y realidades últimas de su existencia, y por ello convergen en puntos comunes. Juan Pablo II destacó cómo las artes buscan e interpretan el destello de la Verdad, y cómo por esta causa fe y arte son inseparables. Por eso, no olvidó en su enseñanza a quienes nos hacen asequible la Belleza, dirigiéndoles su Carta a los artistas en 2003, en la que recogía estas palabras: “Para transmitir el mensaje que Cristo le ha confiado, la Iglesia tiene necesidad del arte. En efecto, debe hacer perceptible, más aún, fascinante en lo posible, el mundo del espíritu, de lo invisible, de Dios. (...) El arte posee esa capacidad peculiar de reflejar uno u otro aspecto del mensaje, traduciéndolo en colores, formas o sonidos que ayudan a la intuición de quien contempla o escucha. Todo esto, sin privar al mensaje mismo de su valor trascendente y de su halo de misterio”.
Toda idea necesita también materializarse en acciones concretas para dar fruto, y así, Juan Pablo II abordó cuestiones más pragmáticas no sólo en el ámbito de la inculturación, sino de la propia gestión de los bienes culturales de la Iglesia. En 1982 creaba el Consejo Pontificio para la Cultura, con una carta en la que manifestaba que “ya desde el comienzo de mi pontificado, vengo pensando que el diálogo de la Iglesia con las culturas de nuestro tiempo es un campo vital, donde se juega el destino del mundo en este ocaso del siglo XX”.
En 1993 crea también la Pontificia Comisión de los Bienes Culturales de la Iglesia (actualmente integrada en el Consejo Pontificio de la Cultura), cuya labor de reflexión en torno a la función de los museos eclesiásticos y de la naturaleza de los bienes culturales de la Iglesia han asentado las bases para iniciar el tratamiento museológico moderno de los objetos de culto. En sus directrices para los museos eclesiásticos, la Pontificia Comisión introducía un cambio en la concepción del objeto artístico, anteponiendo sus valores intrínsecos o intangibles a su belleza o perfección técnica. Desde este punto de vista, se señalaba cómo el objeto de culto, incluso el que no era de gran calidad artística, era testimonio vivo de la comunidad cristiana que lo había creado y memoria histórica del camino de la fe.
El camino por recorrer en el diálogo entre la Iglesia y el arte, y en la práctica de la gestión de sus bienes culturales, es aún hoy largo y difícil, pero el estrato conformado por Juan Pablo II nos ha legado un mástil firme al que aferrarnos. Hoy, sus sabias palabras siguen alentándonos para encontrar el entusiasmo con que seguir avanzando, sin perder de referencia en nuestra búsqueda su verdadero sentido. Y es que “el amor es como una gran fuerza escondida en el corazón de las culturas, para estimularlas a superar su finitud irremediable, abriéndose a Aquel que es su Fuente y su Término, y para enriquecerlas de plenitud, cuando se abren a su gracia” (Juan Pablo II, carta autógrafa para la institución del Consejo Pontificio para la Cultura, 1982).
[1] 16 de enero de 1982 (Discurso a los participantes en el congreso nacional de Movimiento eclesial de compromiso cultural).
viernes, 4 de abril de 2014
El retablo Jesuita de Ciudad Real
Retablo de los padres Jesuitas de Ciudad Real. Talleres de Arte - Director Félix Granda. Archivo Fundación Félix Granda. |
El retablo guarda estrechas semejanzas con otros realizados por Félix Granda para la Compañía de Jesús, cuyo diseño debió de gozar de bastante éxito. Se conocen hasta la fecha tres retablos que emplean estos modelos, ubicado uno en Montilla y el otro, que fue el primero en realizarse, en La Habana (Cuba). Los modelos para las tallas de madera fueron realizados por el escultor don José Capuz Mamano (1884 - 1964), que durante años fue Maestro de escultura en los Talleres de Arte de don Félix Granda. Las imágenes que comparten los tres retablos muestran a los santos de la Orden.
El retablo de La Habana que sirve, en las esculturas, de modelo al de Ciudad Real, fue realizado en 1922 para la iglesia del Sagrado Corazón, ubicada en la calle Reina de esa ciudad. Por su arquitectura neogótica, singular en La Habana, es hoy uno de los edificios emblemáticos del barrio en que se enclava. La gran calidad de la obra fue tan valorada ya en la época que recibió la consideración de obra artística, eliminando los cargos arancelarios obligatorios para la entrada de mercancía en el país.
El artículo de don Francisco Blanco, que se centra especialmente en la imagen del Cristo de la Salud que se conserva en la citada iglesia Jesuita de Ciudad Real, puede leerse en este enlace: http://www.miciudadreal.es/2014/03/25/el-cristo-de-la-salud-de-ciudad-real
jueves, 27 de marzo de 2014
Premios de Artesanía "Comunidad de Madrid"
Ayer se hizo entrega de la I Edición de los Premios de Artesanía "Comunidad de Madrid", que en su categoría "Artesanía tradicional" ha patrocinado nuestra Fundación, en el marco de nuestras actividades en pro de la conservación y desarrollo de los oficios artesanales. Estos premios tienen por objetivo el reconocimiento institucional a la empresa artesana y su trayectoria, cuya finalidad es fomentar en las empresas artesanas madrileñas la apuesta por la artesanía tradicional y
contemporánea para impulsar su competitividad y adaptación a las nuevas demandas de los consumidores.
De entre las más de sesenta empresas que se presentaron al certamen, resultaron ganadores del primer premio la empresa Arcos González, en la categoría "Artesanía Tradicional", y Landspot Diseños Cerámicos S. L. en la categoría "Artesanía Contemporánea", que fue patrocinada por IFEMA. Recibieron también un premio honorífico los finalistas de ambas categorías, respectivamente, Charo Agruña, C. B. y Luis Molina Acedo S. A., y Benveniste CP&P y Santiago Bandrés, S. L.
La ceremonia de entrega tuvo lugar en la Sala Carlos III del Teatro Real de Madrid. El consejero de Economía y Hacienda, Enrique Ossorio, hizo entrega de los galardones. Entre las alentadoras palabras que dirigió a los artesanos participantes y a las empresas patrocinadoras, don Enrique agradeció a la Fundación Félix Granda nuestra "labor de continuidad de los oficios artesanos".
Arcos González, ganador del premio en la categoría de “Artesanía Tradicional”, es una empresa especializada en la construcción de arcos para violín, viola y violonchelo. Este galardón premia a la empresa artesana que con su trayectoria traslada los valores de la artesanía, contribuyendo a preservar los oficios artesanos tradicionales mediante su experiencia, el desarrollo técnico del oficio y la formación.
Landspot Diseños Cerámicos, S.L., premiado en la categoría de “Artesanía Contemporánea”, combina en sus creaciones la cerámica con materiales innovadores con un destacado carácter internacional. Esta galardón valora a la empresa artesana que con su trayectoria fomenta una artesanía creativa, conceptual y comunicativa, adaptada a las tendencias actuales de consumo.
La organización de este concurso de artesanía constituye un ejemplo de la colaboración público-privada, al contar con el patrocinio económico de la Institución Ferial de Madrid, IFEMA, y de la Fundación Félix Granda, que han dotado con 3.000 euros al ganador en cada categoría.
La imagen de este Premio, elaborada por alumnos de la Escuela de Arte 10 de la Comunidad de Madrid, es una mano innovadora que trabaja con los diferentes elementos y refleja que la artesanía, sin olvidar sus raíces tradicionales, está abierta al futuro, a la creatividad y a la innovación.
La artesanía constituye un sector económico que, con cerca de 100 oficios reconocidos institucionalmente, supone en nuestra región el 12,5% del empleo artesano nacional, siendo la tercera Comunidad Autónoma en cuanto a ocupación artesanal, con una generación de autoempleo del 27,2% y una concentración de empresas artesanas de 8.205, según los últimos datos disponibles.
El Gobierno regional es consciente de la importancia del valor productivo y cultural de la artesanía, y considera fundamental para su continuidad fomentar un concepto de artesanía más abierto a la demanda de la época actual, caracterizado por su componente tradicional, su innovación y su excelencia.
La convocatoria de estos premios forma parte de las actuaciones que la Consejería de Economía y Hacienda está poniendo en marcha en esta legislatura en el marco del Programa “Artesanía es Más”, con el fin de impulsar la competitividad y adaptación de la artesanía regional a las nuevas corrientes de consumo. Dicha iniciativa persigue revalorizar la percepción de la Artesanía, potenciando su excelencia, su autenticidad y carácter innovador, así como potenciar la comercialización y proyección internacional de sus productos, defender y proteger el uso del término “Artesanía” y difundir el know-how de la Artesanía y su valor cultural.
Para lograr estos objetivos se han llevado a cabo diversas actuaciones como la participación en proyectos internacionales (“Días Europeos de Artesanía”), la Exposición de grabados artesanos de la Comunidad de Madrid y la organización de la I Feria Virtual de Artesanía de la Comunidad de Madrid, CraftsMad, como herramienta comercial internacional, además de otras actuaciones.
martes, 18 de marzo de 2014
La pieza del mes: una lámpara para Nueva York
Si bien las piezas de orfebrería fabricadas en los Talleres de Arte que dirigía Félix Granda habían traspasado ya las fronteras españolas en 1912 y se recibían encargos desde Inglaterra, Francia o Paraguay, fue singular por su repercusión en la prensa del momento la pieza que se cree que pudo ser la primera realizada para los Estados Unidos. Se trataba del obsequio de S. M. Alfonso XIII a la iglesia de Our Lady of Esperanza, que, construída con el apoyo del célebre fundador de la Hispanic Society of America, Mr. Archer M. Huntington, estaba destinada a acoger a la comunidad hispana de Nueva York.
El regalo que escogió el Rey fue una lámpara para el Santísimo de bronce dorado, ricamente labrada, copia de la realizada por Urquiza (s. XVIII) para la ermita de san Antonio de la Florida de Madrid, famosa especialmente por los frescos de Goya que la decoran. Alfonso XIII siguió personalmente los trabajos para su realización, y ABC contaba cómo “hace unos días estuvo S. M... a verla en los talleres donde se ha construido, que son los que en el hotel de las Rosas (al lado del Hipódromo) tiene establecidos don Félix Granda.”
No sólo pertenecía la lámpara a uno de los templos más emblemáticos de Madrid, sino que en ella se representaban símbolos de la monarquía que hacían de ella un regalo perfectamente adecuado para hacer presente lo hispano en el nuevo templo neoyorquino. La Revista General de Enseñanza y Bellas Artes ofrecía una detallada descripción de la obra:
“Sorprende en el augusto presente el simbolismo que reviste, pues las cadenas de que pende la lámpara son copia de los eslabones que forman el Toisón de Oro, y remata esta verdadera joya de orfebrería moderna la corona real española, y en ella, en esmalte, el escudo de España.Aunque la construcción de la iglesia de Our Lady of Esperanza fue posible gracias a la generosidad del hispanófilo Mr. Huntington, la iniciativa fue debida a la señora Laverrerie de Barril, esposa del Cónsul General de España en Nueva York en 1906. El padre Crescent Armanet, A. A., relataba el nacimiento del proyecto en el libro que dedicó al templo en 1921 (y que contiene un capítulo dedicado únicamente a la lámpara) con estas palabras:
Tres ángeles, bellamente esculpidos, sostienen la bandeja, circundada por una graciosa orla, que ostenta como motivos decorativos una evocación del blasón patrio, significado por castillos, leones y las columnas de Hércules.
En el centro, sobre una artística peana, hay una esfera, de la que salen unas llamas que sostienen un vaso. La esfera simboliza el mundo. En una faja se lee: “Lux orta est justi et recti corde letitiae [sic]. Quandum sum in mundo, lux sum mundi.” (Traducción: Amaneció la luz al justo y la alegría a los de recto corazón. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo).”
“Mr. Archer Huntington era amigo de la señora Laverrerie de Barril, cuyo marido fue durante un tiempo Cónsul General en Nueva York. Un día, en 1906, hablando sobre los problemas de los españoles en Nueva York, la señora de Barril dijo a Mr. Huntington: <<Oh, ¿por qué no eres católico? Con el amor que tienes por el arte español y tu interés en la litera española, tendrías que construir una iglesia para mi gente; no tenemos ninguna en Nueva York.>>Our Lady of Esperanza se levanta, en efecto, junto a la sede de la Hispanic Society of America en el terreno neoyorkino conocido como Audubon Terrace. Si bien su fachada ha sufrido a lo largo de los años sustanciales variaciones, continúa siendo un importante centro para la comunidad católica hispanohablante de la ciudad. A ello contribuye especialmente la presencia en el templo de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, donada por el pueblo cubano en 1916. La lámpara para el Santísimo que realizara don Félix Granda, testigo de la comunidad que a uno y a otro lado del Atlántico hizo posible la construcción del templo, sigue hoy junto al altar mayor, donde fue colocada hace más de cien años.
Algunos meses después, la señora de Barril falleció, pero ese mismo año, estando su hija Miss María de Barril de visita en casa de los Huntingtons, su anfitrión dijo: “he estado pensando en su madre, Miss de Barril, y me gustaría que me diera usted una carta para el Arzobispo Farley; quizá su sueño de una iglesia hispana se vea por fin cumplido.” Fiel a su promesa, Mr. Huntington ofreció entonces al Arzobispo Farley un terreno por valor de 75.000 dólares, junto a la sede de la Hispanic Society, y 25.000 dólares como donación inicial para la construcción de una iglesia católica (...).”
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Enlaces y bibliografía:
ARMANET, C., Our Lady of Esperanza, New York, 1921
ABC Madrid, 9 de marzo de 1912, “De Palacio”
La Lectura Dominical, nº 959, 18 de mayo de 1912, p. 4
Nuestro tiempo, nº 160 (marzo), Madrid, 1912, p. 93
Revista General de Enseñanza y Bellas Artes, 15 de marzo de 1912
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viernes, 14 de marzo de 2014
Exposición: El Griego de Toledo
En el marco de la celebración del Año del Greco, hoy se inaugura en Toledo la que promete ser la mayor muestra de obras del pintor.
"El Griego de Toledo" es, sorprendentemente, la primera gran exposición que se dedica al genio en la ciudad a la que tan íntimamente estuvo unido. A través de una amplia selección de obras, que incluyen tanto de las que se exhiben habitualmente en la ciudad imperial como otras traídas de distintas partes del mundo, la exposición ofrece un recorrido por la carrera del artista desde sus inicios. Aborda también distintos aspectos de su producción, desde el retrato y la pintura devocional hasta su destacada labor en la realización total de retablos, en cuya complejidad se puede admirar su amplia capacidad escenográfica y su destreza en las distintas disciplinas no sólo artísticas, sino también artesanales.
Desde nuestro punto de vista, uno de los aspectos más interesantes que ofrece la muestra es la multiplicidad de ubicaciones. Aunque la mayor parte de las obras se exhibirán en la sede del Museo de Santa Cruz, la exposición juega con los llamados Espacios Greco (el Hospital de Tavera, la Catedral, etc.), proponiendo una exposición que no tiene lugar en el interior de un edificio, sino en la propia ciudad de Toledo. En lugar de limitarnos a las galerías de un museo, "El Griego de Toledo" nos invita a recorrer, entre obra y obra las calles que, cargadas de historia, nos trasladan mentalmente a los escenarios que pintó y en los que vivió el artista. Esta distribución museográfica sigue las líneas de la fructífera gestión cultural que desde hace un tiempo viene emprendiendo la Archidiócesis de Toledo en la ciudad, proporcionando al visitante una oferta articulada y global y dinamizando el conjunto de lugares de interés cultural con los que cuenta.
Para más información, puede visitarse la web de la exposición “El Griego de Toledo”.
sábado, 8 de marzo de 2014
Día Internacional de la Mujer: Cándida Granda
La figura de Félix Granda (1868 - 1954) es bien conocida como fundador de la empresa Talleres de Arte en la que, como director y también como artista, materializaría algunas de las obras de arte sacro más destacadas de nuestro país en el siglo XX. Queda, sin embargo, en la sombra, casi en el anonimato, la figura de una persona estrechamente unida a su labor, cuyo trabajo a su lado fue clave en la vida de los Talleres de Arte. Esta persona fue Cándida Granda y Buylla, cuya figura queremos rescatar hoy para rendirle un pequeño homenaje en el Día Internacional de la Mujer.
Diez años menor que su hermano, animó e impulsó económicamente junto a su marido Santiago Sampil los primeros pasos en la carrera artística de Félix Granda, ayudándole en el establecimiento de la primera sede de la empresa, en el Hotel de Las Rosas, hacia 1904. Al quedar viuda y sin hijos en 1912, dedicará su vida al cuidado de su hermano y a la atención de la empresa. Así queda patente en la primera acta del Consejo de Administración de Talleres de Arte, en el momento de constituirse como Sociedad Anónima en 1913, en la que es nombrada Secretaria de Dirección.
Sin embargo, lejos de limitarse a las tareas de dirección y administrativas, el trabajo de Cándida debió tener también una fuerte componente artística, difícil hoy de deslindar de la propia actividad de su hermano. Así lo reflejaba la Sociedad de Excursionistas en su Boletín tras una visita al Hotel de Las Rosas, sobre la que relataba cómo “una vez pasados los umbrales, las bellas hermana y sobrinas del Sr. Granda nos acompañan en nuestra visita explicándonos amablemente cuanto vamos viendo. Estas señoras que son, además, verdaderas artistas, auxilian al dueño de los talleres pintando, dibujando o esmaltando las obras de arte que salen de sus manos.”
La autoría artística de los dibujos y las obras de los Talleres de Arte, cuyo Director encontraba muy inspirador el anonimato de las piezas medievales que el Romanticismo dotó de una connotación espiritual, supone un verdadero quebradero de cabeza para el investigador de hoy, que rara vez encuentra en las obras una firma o una clara atribución. Por ello, probablemente nunca lleguemos a conocer la relevancia de Cándida como artista. Los datos son, no obstante, bastante elocuentes, y nos hablan de una mujer inclinada al arte, aficionada no sólo al dibujo, sino también a la fotografía, y que debió dirigir personalmente el taller de Joyería del que salieron algunas de las obras más importantes que fabricaron los Talleres.
Aunque no sea una fotografía de retrato típica, hemos escogido ésta para recordarla porque ilustra aquellos años, anteriores incluso a 1900, en que Félix Granda comenzaba su andadura como artista. En ella, Cándida, muy joven, posa como modelo para una de las pinturas sobre la vida de la Virgen de la capilla de las religiosas de María Inmaculada (Madrid) que Félix Granda pintaría de su propia mano.
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BIBLIOGRAFÍA:
DIAZ QUIRÓS, G., “Talleres de Arte y el diseño de espacios interiores para lo sacro”, en FERNÁNDEZ GARCÍA, A. M., Decoración de interiores. Firmas, casas comerciales y diseño en Asturias 1880 – 1990, Septem Ediciones, Oviedo, 2012.
GRANDA Y BUYLLA, F., Talleres de Arte, Imprenta de Blass y Cía., Madrid, 1911.
viernes, 7 de marzo de 2014
Hércules en la corte de Onfalia
El Museo Thyssen - Bornemisza expone hasta el día 30 de este mes en el hall de su edificio la obra recientemente restaurada "Hércules en la corte de Onfalia", junto al vídeo explicativo del proceso.
¿Sabíais que a lo largo de la historia este mito griego se ha representado de muy diversas maneras, pero nunca desde una perspectiva costumbrista como hizo Cranach, sino a través del desnudo clásico?
El tema está tomado de la literatura clásica. Hércules, a causa del asesinato de su amigo Iphitus en un ataque de locura, fue vendido como esclavo a Onfalia u Omphale, reina de Lydia, durante tres años. Ella alivió enseguida el castigo convirtiéndole en su amante aunque, para pasar desapercibido, el héroe, debía vestir ropas y adornos femeninos, además de llevar los instrumentos de hilar. Una de las escenas más frecuentes representa a Hércules sentado al lado de Omphale que le está acariciando. Sus ropas y atributos aparecen cambiados. Ella lleva la piel de león y sujeta la clava; él se cubre con un manto y porta la rueca o el huso. Cupido, como en este caso, suele estar presente. El motivo, ausente en el arte griego, apareció en tiempos helenísticos. En el Renacimiento y, especialmente durante el Barroco, se utilizó para ilustrar la idea de la dominación de la mujer.
jueves, 27 de febrero de 2014
CÉZANNE site / non-site
Esta semana el equipo de la Fundación ha visitado la exposición sobre Cézanne, que se exhibirá hasta el 18 de mayo en el Museo Thyssen-Bornemisza. ¿Y sabéis qué? Asombrados por la gran acogida de crítica y público, a nosotros nos ha sabido a poco. No por la genialidad del pintor francés, cuya contribución a la pintura moderna es incuestionable, sino por el concepto museológico: site/ non-site, in/ out, dentro/ fuera… En cualquier caso, una exposición siempre es una oportunidad para profundizar en la trayectoria de un artista, y vamos a compartir con vosotros aquellas cosas que nos hayan llamado la atención.
A lo largo de los siguientes días vamos a proponeros una mirada distinta sobre algunos de los cuadros de la exposición.
viernes, 21 de febrero de 2014
Una lección artística de matemáticas
Como institución que reflexiona sobre el arte y su interacción con las distintas disciplinas hoy queremos plantearos un binomio que nos gusta especialmente: arte y ciencia. En este sentido y a propósito de los cuadros que se exhiben en estos días sobre Piero della Francesca en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, queremos profundizar un poco más en las habilidades de este pintor toscano.
¿Sabíais que Piero della Francesca además de ser pintor era matemático? Es más, fue incluso maestro y amigo de Fray Luca Pacioli, el autor de la Summa de arithmetica, geometria, proportioni et proportionalita.
¿Verdad que ahora caes en la cuenta de que la presencia de formas geométricas en sus lienzos, el dominio de la recién aparecida “perspectiva” y de composiciones arquitectónicas perfectas te hacen comprender que esto que te contamos no es tan descabellado? Pues si quieres saber un poco más sobre “Piero, el matemático”, te proponemos que leas un fantástico artículo que en 2009 publicó la revista digital SUMA, la revista digital sobre el aprendizaje y la enseñanza de las matemáticas.
Os dejamos con el artículo PIERO DELLA FRANCESCA Y EL ENGAÑO DE LOS OJOS. I EL ESPACIO, que centra su teoría en la obra pictórica que el artista pintara en 1472 y que hoy se encuentra en Milán: La Pala di Brera o Sacra Conversazione. ¡Esperamos que os guste lo mismo que nos ha gustado a nosotros!
21/02/1868 - 23/02/1954: Aniversario de don Félix Granda
Un 21 de febrero como hoy, hace 146 años, nacía en la localidad asturiana de Pola de Lena Félix Granda y Buylla.
Hijo de Wenceslao Álvarez (o Fernández) de la Granda, médico natural de Mieres, y de Elvira Álvarez - Buylla Santín, de Pola de Lena, fue el mayor de seis hermanos, de entre los cuales estaría especialmente unido a su hermana Cándida, quien tras enviudar en 1912 viviría con él hasta su muerte, participando activamente en la gestión de la empresa.
Félix Granda ingresa en el Seminario de Oviedo, realizando ya en esta época algunas pinturas que demuestran su inclinación a las artes. Su habilidad artística no debió pasar inadvertida para sus superiores, que le permitieron formarse en ésta área y que, andando el tiempo, darían su consentimiento para que se dedicase a ella plenamente. Y es que es cierto lo que se ha dicho sobre Félix Granda: que en él estaban unidas la vocación artística y sacerdotal. Tanto es así, que la empresa que creó ha mantenido tradicionalmente 1891 como su año de fundación, el año en que Félix Granda se ordena sacerdote.
Pronto comienza a destacar su obra en Asturias, por lo que se desplaza a Madrid, donde su protector, Mons. D. José María de Cos y Macho, había accedido a la Sede Episcopal de Madrid - Alcalá. En la Corte realiza sus primeros encargos de peso, como la decoración mural del presbiterio de la parroquia de Ntra. Sra. del Pilar, en el barrio de La Guindalera.
Nuestra Señora del Pilar del barrio de La Guindalera (Madrid). El lienzo que decora el muro del presbiterio fue, según él mismo señalaba, el primer trabajo que realizó Félix Granda en Madrid. |
De izquierda a derecha, Antonio Palacios, Sileno y Félix Granda en el pabellón del Retiro del Círculo de Bellas Artes (Madrid) Foto: ABC |
A lo largo de su carrera recibiría otros importantes reconocimientos a su labor, como los nombramientos de Canónigo de Honor de los Cabildos de la Catedral de La Habana y de la Catedral de Burgos, que recibiría en 1922 y 1927 respectivamente.
Permaneció durante gran parte de la Guerra Civil en Madrid, durante la que los Talleres de Arte, dotados de una gran sección de fundición, estuvieron al servicio de la República. La supervivencia de los llamados "Talleres del cura" y del propio Félix Granda durante la contienda estuvo probablemente ligada a la circunstancia de ser dos de sus sobrinos, Félix y Santiago Sampil, dos destacados aviadores republicanos.
Tras la Guerra, participó en las labores de reparación del Servicio de Recuperación Artística, encargándosele además la reconstrucción de muchas de las obras que sus propios Talleres habían realizado antes de 1936.
Félix Granda muere en 1954, el día 23 del mismo mes de febrero en que había nacido, a la edad de 86 años. Recibió sepultura en el cementerio de La Almudena de Madrid.
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Bibliografía:
Díaz Quirós, G., "Talleres de Arte y el diseño de espacios interiores para el culto", en Fernández García, A. Mª, Decoración de interiores. Firmas, casas comerciales y diseño en Asturias, 1880 - 1990, Septem Ediciones, 2012.
miércoles, 12 de febrero de 2014
"¡Bendita vanguardia!", una mirada a la arquitectura religiosa de 1950 a 1975
Desde la Fundación Félix Granda tenemos el placer de presentaros el último proyecto editorial en el que nos hemos involucrado.
"¡Bendita vanguardia!" es una obra del arquitecto de Eduardo Delgado Orusco que rinde homenaje a la arquitectura moderna española que encontró refugio en lo religioso. Ofrece una visión integral a través de los proyectos una larga lista de eminentes arquitectos como Fisac, Fernández del Amo, Sota o Sáenz de Oíza, entre muchos otros.
Editado por Ediciones Asimétricas, "¡Bendita vanguardia!" ha sido posible gracias a una acción de crowdfunding, que nuestra Fundación ha tenido el honor de apoyar con su colaboración.
El libro ya está disponible en las principales librerías de nuestro país, pero puede también adquirirse a través de la página web de Ediciones Asimétricas.
lunes, 10 de febrero de 2014
La pieza del mes: el retablo de la Virgen de la Almudena
Este mes de febrero inauguramos una nueva sección: la pieza del mes. En ella, iremos presentando documentos y objetos de nuestras Colecciones, o comentando obras realizadas por don Félix Granda Buylla y sus “Talleres de Arte” a lo largo de la historia.
Hoy, presentamos la historia de un retablo bastante conocido para los madrileños, que lo reconocerán sin embargo con otra imagen principal y en otra ubicación. Se trata del que, situado en la escalinata lateral de la Catedral de Ntra. Sra. de la Almudena, cobija hoy la imagen de la ilustre Patrona. El mayor interés de esta obra reside en sus tablas policromadas, realizadas por Juan de Borgoña en el siglo XV; pocos saben que se realizó sobre él una intervención hacia finales del siglo XIX, en la que se le añadió un altar y probablemente se renovó la mazonería, realizándose incluso alguna intervención menor en alguna de sus valiosas tablas. Esta intervención, que tan común resultaba en la época y tan escandalosa nos resulta hoy a la luz de los modernos criterios de restauración, fue precisamente encargada a don Félix Granda.
La intervención sobre el retablo era, sin embargo, tan sólo una parte del proyecto de ornamentación de una capilla privada muy especial. Y es que, ¿dónde se hallaba el retablo antes, en la época en la que lo remodeló Félix Granda? Se encontraba nada menos que en el Palacio Arzobispal de Madrid, y fue sin duda uno de los primeros trabajos que realizó Granda en la Villa y Corte.
La mayor aportación de Félix Granda a la capilla fueron las pinturas murales que aún se conservan en los tímpanos de los arcos ciegos que decoran el lateral de la capilla. En ellas, se muestran cuatro alegorías: el Episcopado, la Fe, la Esperanza y la Caridad.
El altar, que hoy en día se encuentra localizado en otra iglesia de Madrid, contenía un relieve con la escena de la recolección del maná, iconografía relacionada con la prefiguración de la Eucaristía.
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